Tenemos todo el tiempo
del mundo para hablar.
Ya casi son las doce.
Te imagino cansada.
(Has tomado tu sopa;
apagaste la tele.)
"Yo no quisiera ser",
decís, "un vejestorio
inservible". (¡Qué dulce
es tu voz que tantea,
que teme!) Somos cuatro
los hijos que te cuidan.
Madre, en la incierta bruma
hoy te guían tus niños.
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